¿Cómo debe ser la práctica de una profesión o vocación?




Hay tantas ocasiones en las que nosotros y nosotras nos embarcamos en la  realización de una tarea. Tarea que hacemos porque nos gusta y por lo tanto  derribamos satisfacción en su realización. En algún momento hemos recibido  entrenamiento especial para ella, en otros, parte solo de nuestra propia intuición, o  de lo que hemos visto hacer por tanto tiempo. Cada práctica de una profesión o  vocación debe, no obstante, lo bien que creamos que lo estamos haciendo,  lanzarnos a una reflexión que nos permita darle un contenido teórico, filosófico y  teológico a la misma. Ello requiere nuestro profundo compromiso con tal práctica, de tal manera que nos lance en su esquematización, a modo de poder servir mejor a aquellos y aquellas que intentamos servir.

Es en ese sentido que podemos afirmar que desde nuestra perspectiva, dichos intentos han sido muy escasos, aún cuando reconocemos que se han hecho algunos intentos en diferentes momentos. No obstante, la reflexión que se ha hecho ha sido muy relacionada a proyectos específicos, pero sin un intento de teorizar o de sistematizar, o por lo menos proveer el comienzo de un diálogo abierto que nos permita entender toda la dinámica que se da en los procesos educativos cristianos.

"El proceso a través del cual la comunidad Cristiana se concientiza y transforma, es a la luz de su relación con Dios en Jesús como el Cristo, que le llama a vivir el amor, la paz y la justicia consigo mismo, con su prójimo y con el mundo; en antelación del Reinado de Dios"



LA EDUCACIÓN CRISTIANA COMO PROCESO

Podemos entender proceso como el cambio que ocurre por medio de una serie de acciones o eventos. El proceso denota una acción progresiva a través de esa serie de actos o eventos que producirán cambios, rápidos o lentos, pero que llevarán a una cosa nueva o mejorada. Una forma de entender ésto es observar los procesos de la naturaleza, como por ejemplo, una semilla. La semilla tiene la potencialidad de convertirse en el árbol de donde provino, pero eso no se da en un instante. Ello requiere que la semilla sea plantada o tirada en un lugar donde haya tierra y agua. A través del tiempo y los diferentes cambios que se producen en ella, germinará y comenzará su proceso de crecer, y un día nos dará el fruto del cual ella salió. Todo esto tomará tiempo, en algunos casos más que en otros.

La Educación Cristiana entendida como proceso, planifica para que a través de una serie de pasos sistemáticos la gente pueda ser transformada a la luz de las demandas del evangelio. Este cambio no se produce de un momento a otro. Es un cambio sistemático que demanda que el individuo sea retado en los contenidos de su fe y que a la vez entienda la historia de la salvación y la haga suya. Que se apropie de esa historia y que ella se convierta en un poder transformador. Ello va más allá que el puro conocimiento de los contenidos de una creencia en particular o los postulados de una doctrina


"Es la marca de una mente educada ser capaz de entretener un pensamiento sin aceptarlo".

Aristóteles





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